Escrito por Jesús Pérez Uruñuela
Sábado, 04 de Octubre de 2008 00:00 La Jornada Morelos
De los mismos tlahuicas que cruzaron el Ajusco y se establecieron en lo que hoy es el estado de Morelos, un grupo de ellos se estableció al norte del la huey altépetl, ciudad militar del reino de Cuauhnáhuac. Eran ellos, de baja estatura y complexión robusta. Al norte de este asentamiento tlahuica, llegaron personas de mayor talle, pertenecientes a las tribus nahuatlacas, tepanecas y acohluas, constituyéndose así la primera configuración del antiguo pueblo de Ocotepec. La construcción en Ocotepec de la parroquia franciscana de la Transfiguración el Señor, (posteriormente del Divino Salvador), motivó la concentración de casas habitación a su alrededor, dando origen a tres de los barrios que actualmente conocemos. Las nuevas estructuras sociales y religiosas europeas tendientes a cambiar radicalmente las costumbres y creencias de los pobladores originales, al final, quedaron en un estado de sincretismo.Barrio de Tlanehui. Capilla de la Candelaria. Integrado por familias de origen tlahuica, las que, como se mencionó en el artículo publicado por La Jornada Morelos, el 27 de septiembre, eran “adoradores de Tlanehui o Tlanihuic (Luz del nuevo amanecer), o sea el planeta Venus, Lucero de la mañana”. Se especula que los frailes franciscanos, con el propósito de anular tan pagana creencia, argumentaron a los nativos que la luz que adoraban no tenía esencia divina, sino que el verdadero Dios (Jesucristo) realmente se manifestaba en otra luz: la que emanaba de una vela o candela, que siempre permanecía encendida en la mano de su madre (La Virgen María). Y así surgió el culto a la Virgen de la Candelaria, y la capilla del mismo nombre. Algunas personas mayores comentan que hubo la intención de cambiar en la capilla la adoración de la Virgen de la Candelaria por el culto al Señor del Santo Entierro. Sin embargo, por corresponder éste a un Cristo acostado con los ojos cerrados (como si durmiese), los feligreses no le manifestaron “suficiente fe”, argumentando: -“¿Quien puede rezar y pedirle a un santo que siempre duerme? ¿Cuándo atenderá nuestros ruegos?” También se intentó llamar a la capilla del Señor Crucificado del Quinto Viernes, pero no proliferó su devoción y sí se afianzó la veneración a la Virgen de la Candelaria.Autoridades religiosas de la capilla: un representante y sus mayordomías principales: Caja de Llaves, Imagen del Santo Entierro, Virgen de Guadalupe, Santa Cruz, Asunción del Señor, Imagen de San francisco de Asís, Imagen del Quinto Viernes y Preciosa Sangre de Cristo. Barrio de Tlacopan. Capilla de los Ramos. Los pobladores tepanecas del antiguo Barrio de Tlacopan, manejaban el bejuco (abundante en las partes altas del noreste del cerro) en la elaboración de cestos, canastas y chiquihuites. Aprovechando esa característica ocupacional, los religiosos españoles, inculcaron a los indígenas lugareños la idea que las “varas y ramas” que utilizaban en sus trabajos artesanales, tenían una significación religiosa: estaban relacionadas con la entrada triunfal del Hijo de Dios a la Ciudad de Jerusalén, en donde sus habitantes lo aclamaron con los “ramos” de las palmas, que también son utilizadas en la cestería.En un principio se pretendió llamar a ese Barrio: “De Jerusalén”; no obstante, se impuso el nombre de Tlacopan, con una pequeña capilla, identificada como del Señor de los Ramos, montado sobre un borriquillo. Barrio de Culhuacan. Capilla de Dolores. Los originales pobladores acohluas del Barrio de Culhuacán eran “curanderos” que atendían y sanaban enfermos con herbolaria, así como con otros métodos heredados de los “médicos nahoas” del Valle de México.También se asegura que los frailes franciscanos difundieron (entre los aborígenes) que en el ejercicio de la medicina, “el sufrimiento” era el ingrediente por excelencia. Además, que el “dolor” es parte inseparable de la esencia humana y divina, porque Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre, lo padeció intensamente en la cruz, y su madre María, dolorosamente contempló su cruel crucifixión.Así, en ese barrio se estableció como adoración principal la Virgen de los Dolores, nombre que adquirió la capilla local. Sin embargo, posteriormente, el Cristo, Señor de Chalma, se impuso como la imagen patrona del barrio. Otras son: San Pedrito, Cristo de la Asunción, Santiago Apóstol y la Virgen de Guadalupe.Barrio de Xalxokotepeazola. Capilla de la Santa Cruz. Hasta finales del Siglo XIX, el cuadrante Suroeste llamado Barrio Xalxokotepeazola (lugar de guayabos) estaba deshabitado, poblándose luego con habitantes de los otros tres barriosEl señor Pedro Rosales en la obra Ocotepec. Su historia y sus costumbres, menciona: “en el poniente de la calle de Santo Domingo (hoy calle de Aldama) como a 15 o 20 varas (de 12 a 17 metros ) se decidió abrir un barrio nuevo hacia 1868... (y las autoridades) decidieron que habría que abrir nuevas calles por el crecimiento del pueblo, porque varios vecinos se encontraban sin tierras en que vivir”.Agrega: “Se van haciendo faenas abriendo las nuevas calles del Barrio de la Santa Cruz, como se llama el nuevo barrio, y en mayo de 1894 se celebra por primera vez una misa... Y también refiere: “El barrio nuevo fue poblado por gente de Culhuacán y Tlanehuic cuando era época del gobernador Preciado.”“Por allá del año setenta -comentó Pánfilo Díaz Balderas- se asignó oficialmente al barrio un predio del paraje Xalxokotepeazola que desde mucho tiempo atrás estaba baldío y que pertenecía a Maximino Rosales. Ahí, se construyó la capilla de la Santa Cruz con la satisfacción del Señor Obispo. También se le pidió diera la facultad de que se pasara a nuestra capilla el Cristo ‘Señor del Pueblo’ que entonces se adoraba en el Templo Parroquial del poblado. Después de mucho insistir en México, el Señor Obispo nos comunicó que ese Cristo pasaría al “altarcito” de la capilla de la Santa Cruz.”En el altar de la referida capilla, acompañan al Cristo “Señor del Pueblo”, nuestra Señora de las Mercedes, la Virgen de Guadalupe y el Santo Niño.Después de las festividades que se efectúan en los primeros días de agosto al Cristo Divino Salvador, de Ocotepec, sigue en importancia la celebración del 2 de mayo, Día de la santa Cruz. Por ese motivo, los representantes de los otros tres barrios acuden a la Capilla ubicada en H. Preciado y Zaragoza, a festejar al Señor del Pueblo y participar en una misa en su honor. Tomado de Pérez Uruñuela, Jesús. Ocotepec, un cerro de mexicanidad. Pacmyc-Conaculta, Morelos 2003. (p. 51 a 59)
Sábado, 04 de Octubre de 2008 00:00 La Jornada Morelos
De los mismos tlahuicas que cruzaron el Ajusco y se establecieron en lo que hoy es el estado de Morelos, un grupo de ellos se estableció al norte del la huey altépetl, ciudad militar del reino de Cuauhnáhuac. Eran ellos, de baja estatura y complexión robusta. Al norte de este asentamiento tlahuica, llegaron personas de mayor talle, pertenecientes a las tribus nahuatlacas, tepanecas y acohluas, constituyéndose así la primera configuración del antiguo pueblo de Ocotepec. La construcción en Ocotepec de la parroquia franciscana de la Transfiguración el Señor, (posteriormente del Divino Salvador), motivó la concentración de casas habitación a su alrededor, dando origen a tres de los barrios que actualmente conocemos. Las nuevas estructuras sociales y religiosas europeas tendientes a cambiar radicalmente las costumbres y creencias de los pobladores originales, al final, quedaron en un estado de sincretismo.Barrio de Tlanehui. Capilla de la Candelaria. Integrado por familias de origen tlahuica, las que, como se mencionó en el artículo publicado por La Jornada Morelos, el 27 de septiembre, eran “adoradores de Tlanehui o Tlanihuic (Luz del nuevo amanecer), o sea el planeta Venus, Lucero de la mañana”. Se especula que los frailes franciscanos, con el propósito de anular tan pagana creencia, argumentaron a los nativos que la luz que adoraban no tenía esencia divina, sino que el verdadero Dios (Jesucristo) realmente se manifestaba en otra luz: la que emanaba de una vela o candela, que siempre permanecía encendida en la mano de su madre (La Virgen María). Y así surgió el culto a la Virgen de la Candelaria, y la capilla del mismo nombre. Algunas personas mayores comentan que hubo la intención de cambiar en la capilla la adoración de la Virgen de la Candelaria por el culto al Señor del Santo Entierro. Sin embargo, por corresponder éste a un Cristo acostado con los ojos cerrados (como si durmiese), los feligreses no le manifestaron “suficiente fe”, argumentando: -“¿Quien puede rezar y pedirle a un santo que siempre duerme? ¿Cuándo atenderá nuestros ruegos?” También se intentó llamar a la capilla del Señor Crucificado del Quinto Viernes, pero no proliferó su devoción y sí se afianzó la veneración a la Virgen de la Candelaria.Autoridades religiosas de la capilla: un representante y sus mayordomías principales: Caja de Llaves, Imagen del Santo Entierro, Virgen de Guadalupe, Santa Cruz, Asunción del Señor, Imagen de San francisco de Asís, Imagen del Quinto Viernes y Preciosa Sangre de Cristo. Barrio de Tlacopan. Capilla de los Ramos. Los pobladores tepanecas del antiguo Barrio de Tlacopan, manejaban el bejuco (abundante en las partes altas del noreste del cerro) en la elaboración de cestos, canastas y chiquihuites. Aprovechando esa característica ocupacional, los religiosos españoles, inculcaron a los indígenas lugareños la idea que las “varas y ramas” que utilizaban en sus trabajos artesanales, tenían una significación religiosa: estaban relacionadas con la entrada triunfal del Hijo de Dios a la Ciudad de Jerusalén, en donde sus habitantes lo aclamaron con los “ramos” de las palmas, que también son utilizadas en la cestería.En un principio se pretendió llamar a ese Barrio: “De Jerusalén”; no obstante, se impuso el nombre de Tlacopan, con una pequeña capilla, identificada como del Señor de los Ramos, montado sobre un borriquillo. Barrio de Culhuacan. Capilla de Dolores. Los originales pobladores acohluas del Barrio de Culhuacán eran “curanderos” que atendían y sanaban enfermos con herbolaria, así como con otros métodos heredados de los “médicos nahoas” del Valle de México.También se asegura que los frailes franciscanos difundieron (entre los aborígenes) que en el ejercicio de la medicina, “el sufrimiento” era el ingrediente por excelencia. Además, que el “dolor” es parte inseparable de la esencia humana y divina, porque Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre, lo padeció intensamente en la cruz, y su madre María, dolorosamente contempló su cruel crucifixión.Así, en ese barrio se estableció como adoración principal la Virgen de los Dolores, nombre que adquirió la capilla local. Sin embargo, posteriormente, el Cristo, Señor de Chalma, se impuso como la imagen patrona del barrio. Otras son: San Pedrito, Cristo de la Asunción, Santiago Apóstol y la Virgen de Guadalupe.Barrio de Xalxokotepeazola. Capilla de la Santa Cruz. Hasta finales del Siglo XIX, el cuadrante Suroeste llamado Barrio Xalxokotepeazola (lugar de guayabos) estaba deshabitado, poblándose luego con habitantes de los otros tres barriosEl señor Pedro Rosales en la obra Ocotepec. Su historia y sus costumbres, menciona: “en el poniente de la calle de Santo Domingo (hoy calle de Aldama) como a 15 o 20 varas (de 12 a 17 metros ) se decidió abrir un barrio nuevo hacia 1868... (y las autoridades) decidieron que habría que abrir nuevas calles por el crecimiento del pueblo, porque varios vecinos se encontraban sin tierras en que vivir”.Agrega: “Se van haciendo faenas abriendo las nuevas calles del Barrio de la Santa Cruz, como se llama el nuevo barrio, y en mayo de 1894 se celebra por primera vez una misa... Y también refiere: “El barrio nuevo fue poblado por gente de Culhuacán y Tlanehuic cuando era época del gobernador Preciado.”“Por allá del año setenta -comentó Pánfilo Díaz Balderas- se asignó oficialmente al barrio un predio del paraje Xalxokotepeazola que desde mucho tiempo atrás estaba baldío y que pertenecía a Maximino Rosales. Ahí, se construyó la capilla de la Santa Cruz con la satisfacción del Señor Obispo. También se le pidió diera la facultad de que se pasara a nuestra capilla el Cristo ‘Señor del Pueblo’ que entonces se adoraba en el Templo Parroquial del poblado. Después de mucho insistir en México, el Señor Obispo nos comunicó que ese Cristo pasaría al “altarcito” de la capilla de la Santa Cruz.”En el altar de la referida capilla, acompañan al Cristo “Señor del Pueblo”, nuestra Señora de las Mercedes, la Virgen de Guadalupe y el Santo Niño.Después de las festividades que se efectúan en los primeros días de agosto al Cristo Divino Salvador, de Ocotepec, sigue en importancia la celebración del 2 de mayo, Día de la santa Cruz. Por ese motivo, los representantes de los otros tres barrios acuden a la Capilla ubicada en H. Preciado y Zaragoza, a festejar al Señor del Pueblo y participar en una misa en su honor. Tomado de Pérez Uruñuela, Jesús. Ocotepec, un cerro de mexicanidad. Pacmyc-Conaculta, Morelos 2003. (p. 51 a 59)
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