domingo, 28 de septiembre de 2008

OPCIÓN CULTURAL DESAPROVECHADA.

CULTURA + Por Jesús Pérez Uruñuela
En lo que fuera el edificio del Ayuntamiento de Cuernavaca y en la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda -ambos ubicados en la avenida Morelos del centro de la ciudad- se resguardan en exhibición 28 pinturas, parte rescatada de las 43 que el artista español valenciano Salvador Tarazona, realizó de 1938 a 1942,...
En lo que fuera el edificio del Ayuntamiento de Cuernavaca y en la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda -ambos ubicados en la avenida Morelos del centro de la ciudad- se resguardan en exhibición 28 pinturas, parte rescatada de las 43 que el artista español valenciano Salvador Tarazona, realizó de 1938 a 1942, para la decoración del Palacio de Cortés, sede entonces del gobierno estatal, encabezado por el coronel Elpidio Perdomo. Las referidas obras pictóricas (en óleo) contienen temas de la presencia olmeca, xochimilca y tlahuica en el actual Estado de Morelos, de la conquista por Hernán Cortés y durante los años de 1864 a 1867, duración del efímero imperio mexicano de Maximiliano de Habsburgo.
Todas y cada una de las obras de Tarazona son de alto contenido narrativo; sin embargo, los óleos que describen actividades cotidianas y artísticas de los tlahuicas de la antigua Cuauhnáhuac, constituyen una muestra de la ardua y meticulosa investigación que el pintor español debió llevar a cabo para plasmar en cada tela, tanto detalle y abundante información explicativa. Ejemplos: el minucioso y delicado trabajo artesanal en la elaboración de piezas de orfebrería, el proceso de manufactura de los mosaicos plumarios, la localización de piedras preciosas; y entre otros, cuadros referidos al algodón, a los tributos al imperio azteca y a la cerámica.
También, debemos reconocer la habilidad del pintor para, en ocasiones, representar situaciones con personajes de diferentes momentos históricos en un mismo óleo, como es el caso del intitulado “Barrenamiento de las naves” en el que Cortés, acompañado de sus principales y ejército, abandonan La Villa Rica de Veracruz, dejando atrás la flota naviera en llamas. Bernal Díaz del Castillo relata este acontecimiento dividido en tres momentos: Cortés sale precipitadamente hacia Cempoala, luego lo alcanzan sus más fieles capitanes, y después, por acuerdo y sugerencia de ellos, se realiza la quema y hundimiento de las naves.
En la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda, están cuatro cuadros representativos del mismo autor; en uno, Maximiliano acompañado de joven cortejo femenil, en un paraje boscoso de Huizilac, auxilia a Carlota a descender de la carroza; en otro, el noble matrimonio camina alrededor del lago del Jardín Borda. “La india bonita” es el título de la conocida pintura en donde Tarazona idealiza el inicio del (¿supuesto o real?) idilio del emperador con la enigmática joven. En “Ahora o nunca”, Juárez, la princesa Slam Slam, Lerdo de Tejada y Comonfort son los personajes de una escena, preámbulo al fusilamiento del emperador austriaco.
Es indudable que la obra realizada por Salvador Tarazona en Cuernavaca constituye un didáctico recorrido pictórico por nuestra historia, la que desde hace 36 años en que esos óleos salieron en 1971 del Palacio de Cortés hacia el antiguo edificio del Ayuntamiento, solamente han estado en “resguardo y exhibición”, sin ser verdaderamente aprovechados como una opción para la difusión histórica, cultural y estatal de Cuernavaca, que ya demanda la ciudadanía local y el turismo nacional e internacional que acude al Centro Histórico capitalino. Otra de las aportaciones de Tarazona a nuestro patrimonio histórico cultural, son las 100 sillas (estilizados equipales) de madera localizadas en el ex Palacio Municipal, que cuentan con motivos iconográficos prehispánicos grabados, inspirados en códices como el Tolleriano Ramensis, el Borgia y otros. También en este caso, en 36 años se ha carecido de interés por llevar a cabo una investigación respecto a la iconografía referida y exhibir y difundir dichas imágenes que en mucho abonarían en reafirmar la identificación morelense. ¿Qué puede hacerse para que la obra de Tarazona se transforme en un proyecto realizable en corto plazo, a bajo costo y con altos rendimientos turísticos, sociales y políticos?

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