domingo, 28 de septiembre de 2008

Etnia, parroquia y cruces franciscanas de Ocotepec, Morelos



Escrito por Jesús Pérez Uruñuela.
Sábado, 27 de Septiembre de 2008 00:00 La Jornada Morelos.

Orígenes étnicos durante los años 1250 a 1300 d.C.
Procedentes del Valle de México llegaron al actual estado de Morelos los tlahuicas, quienes tiempo atrás, según el Códice Ramírez Alvarado Tezozomoc, habían salido del mítico Chicomostoc (Lugar de las siete cuevas), al igual que otras seis tribus nahuatlacas (de idioma náhuatl): acohluas (colhuas), tepanecas, xochimilcas, tlaxcaltecas, chalcas y aztecas.Una vez que cruzaron la sierra del Ajusco, los tlahuicas formaron los reinos de Cuauhnáhuac y de Oaxtepec. Los poderes políticos de Cuauhnáhuac residían en una ciudad militar (hoy centro histórico de Cuernavaca), rodeada por 22 pueblos tributarios. Ocotepec, uno de ellos.Los primeros habitantes de Ocotepec (cerro de ocotes), también fueron de origen tlahuica. Se establecieron al norte de la hoy ciudad de Cuernavaca, en las faldas del corredor del Chichinahutzin, en un paraje boscoso de ocotes. De ahí el origen de su toponimia. Eran adoradores de Tlanehui o Tlanihuic (Luz del nuevo amanecer), o sea el planeta Venus, Lucero de la mañana (Tlahuizcalpantecuhtli) al salir por el oriente, representación dual de las deidades Ehecatl-Quetzalcóatl (Viento y Serpiente Emplumada). Posteriormente, en parajes al norte de donde estaban los tlahuicas-tlanehui se asentaron dos grupos de familias nahuatlacas, pertenecientes a las tribus Acolhuas o Colhuas y Tepanecas. De esta manera se inició la configuración de la comunidad primera de lo que habría de ser el poblado de Ocotepec.Desde antes de 1521 (conquista de Cuauhnáhuac por los españoles), Ocotepec constituía un punto estratégico para la escala de procesiones humanas procedentes de los reinos de la Triple Alianza y del centro religioso de Cholula: pochtecas (comerciantes) rumbo al sur y guerreros que se dirigían a Malinalaco para someterse a prolongados y dolorosos autosacrificios, a fin de alcanzar la honorífica distinción militar de caballeros águilas y caballeros jaguares. Como en el pasado, hoy, cada año, pasan por Ocotepec ríos humanos rumbo a Malinalco y Chalma.
Evangelización franciscana. En 1524 llegan a la Nueva España los frailes franciscanos “hermanos menores”, encabezados por Fray Martín de Valencia; proceden al establecimiento de La Custodia del Provincia del Santo Evangelio, consistente en la construcción de cuatro conventos en México, Tlaxcala, Texcoco y Huejotzingo, el quinto sería en Cuernavaca. Un año después, los franciscanos arriban a la Cuauhnáhuac conquistada, y hacen lugar de residencia donde hoy está la capilla de San Francisquito, al sur de la ciudad. Sin embargo, es hasta 1529 cuando se inician en terrenos donados por doña Juana de Zúñiga, esposa de Hernán Cortés, las obras de la iglesia de San Francisco, hoy de la Asunción de la Virgen y Catedral, así como del claustro del convento (obispado), y de la capilla abierta de San José, frente a la cual se aglomeraban multitudinarios grupos de indígenas para su catequización. También en los 22 pueblos (inclusive Ocotepec) anteriormente tributarios a Cuauhnáhuac, la cristianización se inició a cielo abierto frente a improvisadas capillas de cuatro morillos que sostenían techos pajizos. Parroquia de “San Salvador o Divino Salvador”Es posible que la fecha de 1536, tenuemente legible en la parte superior de la fachada del actual templo del Divino Salvador de Ocotepec, corresponda solamente al inicio de los trabajos de erección de sus muros definitivos. La conclusión del templo parroquial del pueblo del “cerro de los ocotes”, que se menciona para el año de 1592 (de ser correcta), debe interpretarse únicamente en lo referente a la nave cañón corrido, sin la torre campanario, la que debió ser construida entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, aseveración basada en el hecho de que las torres de otras capillas de la actual Cuernavaca, (Los Reyes Magos de Tetela del Monte y San Juan Evangelista de Chapultepec) tienen grabados en su frente los años 1677 y 1739 respectivamente; también la torre de la actual Catedral, tiene inscrito en uno de sus muros el año 1713.Respecto a la ornamentación que hoy ostenta el frontispicio de San Salvador, por sus manifiestas similitudes con la fachada de la capilla de La Tercera Orden (ubicada en la esquina norponiente del atrio catedralicio) debió haber sido realizada durante la primera mitad del siglo XVIII.La sacristía y el Sagrario adosados al muro sur de la nave parroquial de San Salvador, debieron ser contemporáneos de la decoración de su fachada y construcción de la torre campanario. Interesantes resultan estos dos espacios. La sacristía (primera en tiempo) tuvo puerta al exterior por su muro poniente, hoy en la penumbra del interior del recinto sagrario. Ese muro cuenta con los mismos elementos decorativos que la parte inferior de la fachada del templo: puerta arco de medio punto y a sus costados dos columnas salomónicas, en cuyos intercolumpios existen nichos con las imágenes de San Pedro y San Pablo. Supongo que posteriormente se alzaron los muros (del hoy Sagrario) que habrían de servir como un portal con tres arcos para proteger la fachada de la sacristía o bien como portal de peregrinos. Luego dos de los arcos fueron tapiados, quedando solo el del medio como puerta de acceso, que permanece cerrada. Hermosos los altos relieves en la parte superior del muro ex arcado, con motivos que evocan las cinco llagas de Cristo, Jesucristo en el momento de la transfiguración, y otros motivos foliares y símbolos franciscanos. ¿Convento de la Transfiguración del Señor?Se piensa que la parroquia de Ocotepec, entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, era un proyecto para la construcción de un convento franciscano destinado a la advocación de la Transfiguración del Señor. Y existen antecedentes para ello. En un texto del documento Provincia del Santo Evangelio (1697), Fray Agustín de Betancourt nombra al poblado: “Transfiguración Ocotepec”. Además en la parte intermedia de la fachada de la parroquia, aún puede leerse la palabra “transfigura”. Para 1746, Joseph Antonio de Villaseñor y Sánchez, en su obra Teatro americano de reynos y provincias, región Morelos, llama al poblado “San Salvador Ocotepec”, infiriéndose que para entonces el proyecto de convento había sido abandonado, dejando como vestigio una arcada de piedra adosada a la torre campanario, muy probablemente arranque del claustro conventual.

Cruces franciscanas. Siglo XVIII. Una vez construida la nave parroquial, y ya asentadas a su alrededor casas habitaciones, los franciscanos colocaron cinco cruces en la periferia delimitando el área de una comunidad que ya profesaba la fe católica. Cinco cruces que representan las cinco llagas de Cristo, según opinión de los ancianos del poblado.
Bibliografía:1) Ocotepec, un cerro de mexicanidad. Pacmyc-Conaculta, Morelos, 2002. 2) De Cuauhnáhuac a Cuernavaca, biografía de una ciudad, ayuntamiento de Cuernavaca, 2008. Ambas obras del autor del presente artículo

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