sábado, 8 de noviembre de 2008

Cipactónal y Oxomoco, los primeros morelenses

Regional del Sur. 2005
Por Jesús Pérez Uruñuela

Según Fray Gerónimo de Mendieta, en su “Historia Elesiástica Indiana”, en una cueva del antiguo Cuauhnáhuac (Cuernavaca) habitaba un par de ancianos llamados: él, Cipactónal y ella Oxomoco, dioses creados por Quetzalcóatl y Huitzilopochtli (hijos primigenios del supremo dios Tonacatecuhtli)
A Cipactónal se le dio la vida para que evitase la holganza y se dedicarse a la labranza y cultivo de la tierra, en tanto que Oxomoco se ocuparía en el hilar y tejer, así como en realizar actividades curativas, hechiceras y adivinatorias, para lo cual utilizaría los nueve granos de maíz que les proporcionaron al nacer sus deidades creadores.
Se cuenta que el surgimiento de los dos singulares personajes sucedió después de la tercera Era del mundo antiguo, el día Cuatro-Lluvia del año Uno-Pedernal cuando llovió fuego por un día entero. En esa ocasión, por sus imperfecciones, los hombres fueron destruidos y quienes sobrevivieron se convirtieron en guajolotes...
Durante la larga vida de aquellas vetustas deidades que llegaron a avecindarse a la antigua Cuauhnáhuac, procrearon los macehuales: hombres del pueblo que habitaron en el mundo antiguo.
Con el consejo de Quetzalcóatl, Cipactónal y Oxomoco establecieron en el mundo la cuenta del tiempo e inventaron el tonalámatl: libro-calendario de naturaleza lunar de los nacimientos basado en la adivinación y las festividades religiosas. Al primer día del calendario lo llamaron Cipactli: “cierta cosa llamada, que la pintan a manera de sierpe (o lagarto)...”, según Fray Gerónimo de Mendieta. Luego, asignaron los nombres a los otros 19 días restantes: ehécatl (viento), calli (casa), cuetzpallin (lagartija), cóatl (serpiente), miquiztli (muerte), mazatl (venado), tochtli (conejo), atl (agua), izcuintli (perro), ozomatli (mono), malinalli (yerba torcida), acatl (caña), ocelotl (jaguar), cuahtli (águila), cozcacuahuitl (zopilote), olín (movimiento), tecpatl (pedernal), quiáhuitl (lluvia) y xóchitl (flor)
En el año de 1989, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlaltelolco, se descubrió una pintura mural en el costado de un basamento piramidal que habría de conocerse como el Templo Calendárico. Los elementos de tal obra pictórica sobre estuco, son muy similares a los que presenta el Códice Borbónico, en su página 21, en la cual se observan en el interior de una figura rectangular que representa una caverna a Cipactónal y Oxomoco. En la entrada de ella se aprecian dos bastones dorados con la empuñadura tallada en forma de la cabeza de un cervatillo (semejantes a los que se elaboran y comercian en las grutas de Cacahuamilpa).
Con el pelo encrespado, ambos personajes se sitúan frente a frente con una de sus manos alzada, en manifestación de su condición divina. Sus rostros muestran arrugas y bocas con irregulares dentaduras, signos de vejez. En tanto que Oxomoco (ella) permanece hincada sobre un equipal (icpalli), en actitud adivinatoria, arroja al aire nueve semillas de maíz. Viste larga túnica y sobre su espalda lleva una jícara.
Cipactónal, sentado sobre otro equipal, alza un sahumador encendido y lo dirige hacia la entrada de la cueva. En su mano izquierda mantiene un punzón para el autosacrificio, mientras de la muñeca cuelga una bolsa sacerdotal copalxiquipilli. También sobre su espalda se observa una jícara (seguramente con tabaco)
Cabe mencionar que el grabado de la página 21 del Códice Borbónico está enmarcada por una franja con 27 círculos y una fracción de ellos, con lo cual se hace referencia a un completo ciclo lunar (27 días 7 hs. 43 min. 11 seg.)
En la parte superior izquierda del rectángulo con el cual se simboliza el interior de la caverna, está la monstruosa cabeza de un cipactli (lagarto). Y abajo del cuadro, sale un torrente de agua con conchas y los círculos antes referidos, para en forma simbólica significar la fluidez del tiempo.
Para los pueblos del mundo antiguo mesoamericano existieron dos calendarios que regían el año (xíhuitl). El primero, llamado tonalpohualli, era de naturaleza “sagrada”; duraba 260 días, porque se combinaban 20 días con 13 numerales (29x13=260). El segundo calendario estaba basado en el ciclo solar de 365 días. Se integraba de 18 “meses” de 20 días y cinco días adicionales.
Sobra agregar antecedentes y comentarios para dejar manifiesta la trascendencia legendaria que tiene la antigua Cuauhnáhuac, (actual Cuernavaca), porque en una caverna ubicada dentro de sus límites, un par de dioses ancianos, llamados Cipactónal y Oxomoco, los primeros morelenses, además de haber dado origen a la humanidad al finalizar la tercera Era del mundo antiguo, crearon las veintenas de días que permitirían a los pueblos prehispánicos mesoamericanos controlar y cuantificar el tiempo.

3 comentarios:

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Anónimo dijo...

Hola sr.
Soy Joshua Muñoz una de las pocas personas que siguen la religión de los antiguos Mexicas, bueno en primera y con el debido respeto quiero hacerle una correciónen la parte donde dice que estos dos dioses (Cipactónal y Oxomoco) fueron creados por Quetzalcóatl y Tezacatlipoca, no es asi, dejeme le exlpico que Cipactónal y Oxomoco tambien llamados Omecihuatl y Ometecuhtli son la pareja creadora de Quetzalcóatl y Tezacatlipoca, y aquel que menciona como Tonacatecuhtli es el conjunto de estos dos dioses creadores. Si le quedo alguna duda porfavor escriba a mi correo electronico: joc_his@hotmail.com y yo con gusto le respondere a sus preguntas.
Gracias

None dijo...
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